Sep 28 , 2020
Claudio Bravo Camus, maestro del Hiperrealismo Chileno
Infancia y primeras incursiones en el arte
Claudio Bravo nació en el año 1936 en Melipilla, siendo el segundo de siete hermanos. A los nueve años es enviado a estudiar a Santiago, siendo internado en el colegio San Ignacio.
El chofer lo llevaba todos los lunes a Santiago trayéndolo de vuelta a Huilco los fines de semana. Fue una etapa dura ya que, a temprana edad, se aleja de la casa pudiendo disfrutarla solo los fines de semana.
Desde pequeño mostro gran destreza para el arte, no le interesaban ni las matemáticas u otras asignaturas, en clases se dedicaba a lo que más le apasionaba, la pintura. Según cuentan sus cercanos, si se sacaba una mala nota en matemáticas le hacía un retrato a su profesor y con eso conseguía subir un poco su promedio.
De retratista a uno de los mayores exponentes del hiperrealismo
Su padre siempre quiso que siguiera el negocio familiar vinculado a la agricultura, sin embargo, Claudio nunca tuvo esa visión. A los 17 años hace su primera exposición individual en el taller 14 de calle Tenderini, donde vende todos sus cuadros.
Se fue a vivir a Concepción, donde se empieza a ser conocido como retratista, tiene innumerables encargos de las familias acomodadas de la ciudad, pintando principalmente con carboncillo y Oleo. En 1961 decide dejar Concepción y parte en barco a Europa. Su idea era llegar a Francia, pero desembarca en España llegando a Madrid radicándose en el barrio de Salamanca donde se dedica a retratar a la aristocracia y nobleza europea.
Bravo realizó más de 50 exposiciones centradas en su persona, además de otras tantas junto a otros artistas. Sus obras están presentes aún en una treintena de museos del mundo y en el año 2000 los reyes Juan Carlos I y Sofía le impusieron la Gran Cruz de la Orden de Alfonso X el Sabio.
Sobre su técnica
Bravo fue capaz de fusionar la técnica clásica de los pintores barrocos españoles con un toque de surrealismo al estilo de Salvador Dalí. En ocasiones se le comparaba con los pintores fotorrealistas por su perfeccionismo a la hora de retratar cualquier cosa, desde personas a cajas de cerillas, papeles, alfombras o jarrones. Lo que hacía especial a Claudio era que no basaba sus lienzos en fotografías, prefería fiarse más de su vista: “El ojo ve mucho más que la cámara: medios tonos, sombras, pequeños cambios en el color o la luz”.
En 1972 se radica en Marruecos la que sería su morada hasta su fallecimiento en al año 2011. En el último tiempo estaba preocupado de que sus obras recibieran el cuidado necesario bajo el alero de una Fundación que llevará su nombre.
Pinturas más reconocidas
Lux Perpetua
Blue Chilaba
Enzo