Rodolfo Opazo
Rodolfo Opazo nació en Santiago el 8 de marzo de 1935. Se formó en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de Chile para, posteriormente, ingrese al Taller 99 a estudiar grabado. Más tarde, en 1961 y, gracias a una beca de la Unión Panamericana, se trasladó a Estados Unidos para estudiar Arte en el Pratt Graphic Art Center.
Perteneció a la Generación del 60 junto a Roser Bru, José Balmes y otros artistas, sin embargo, el trabajo de Opazo se inscribe en la línea surrealista de Matta, Zañartu y Antúnez.
En 1970 fue nombrado profesor titular de los talleres de Pintura de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile, cargo que ejerció hasta 1993. Durante su labor docente ejerció una importante influencia sobre sus alumnos de la década de los ochenta, entre los cuales destacan Samy Benmayor, Bororo, Matías Pinto D'Aguiar y Omar Gatica, entre otros que llegaron a conformar la llamada Promoción de los Ochenta.
La pintura de Rodolfo Opazo estuvo "siempre muy ligada a su experiencia personal, a las cosas que le ocurrieron en su infancia y a la reflexión en torno a ciertos temas como la muerte y el hombre: su maravilla y su miseria. Por ejemplo, algunos poemas de T. S. Eliot, César Vallejo y Miguel Hernández, y un ensayo de Michel Foucault, transformaron sus obras, las que "pasaron de una actitud mística frente al hombre, a una real, directamente relacionada con un ser humano sacudido, agredido, convulsionado", lo que "dio como resultado, figuras divididas, de colores violentos y de trazo más fuerte".
Su extensa labor artística ha abarcado varias décadas, siendo uno de los pocos artistas nacionales presentes en los catálogos de la prestigiosa casa Christie's de Nueva York.
Rodolfo Opazo fue galardonado con el Premio Nacional de Arte 2001.
Falleció el 27 de junio de 2019 a los 84 años.
"La pintura de Rodolfo Opazo ha estado siempre muy ligada a su experiencia personal, a las cosas que ocurrieron en su infancia ya la reflexión en torno a ciertos temas como la muerte y el hombre: su maravilla y su miseria. El hombre de sus pinturas tiene características universales, está inmerso en una cotidianeidad llena de presiones, de carencias, de temores solitarios, por eso nunca se modifica los rasgos de los rostros".
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Rodolfo Opazo
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